martes, 21 de abril de 2009

Felicitats

74. Sugerimos que la obsesión del hombre moderno por la longevidad, y con el mantenimiento del vigor físico y el atractivo sexual hasta una edad avanzada, es un síntoma de la irrealización resultante de la privación con respecto al proceso de poder. La «crisis de los cincuenta» también es un síntoma semejante. Tal es la falta de interés por tener hijos que es bastante común en la sociedad moderna pero casi inaudito en la sociedad primitiva.
75. En las sociedades primitivas, la vida es una sucesión de etapas. Habiendo realizado las necesidades y propósitos de una, no había ninguna aversión en pasar a la siguiente. Un hombre joven atravesaba el proceso de poder convirtiéndose en cazador, cazando no por deporte o realización, sino por la carne que era necesaria para alimentarse (en las mujeres jóvenes el proceso es más complejo, con gran énfasis en el poder social; no discutiremos esto aquí). Habiendo atravesado esta fase con éxito, el hombre joven no tenía aversión en arraigar las responsabilidades de fundar una familia. (En contraste, alguna gente moderna pospone indefinidamente el tener hijos porque están demasiado ocupados buscando algún tipo de «realización». Sugerimos que la realización que necesitan es experimentar adecuadamente el proceso de poder con finalidades reales en vez de finalidades artificiales de actividades sustitutorias). De nuevo, teniendo prosperidad criando a sus hijos, atravesando el proceso de poder proporcionándoles las necesidades físicas, el hombre primitivo sentía que su trabajo estaba hecho y que estaba preparado para aceptar la edad anciana (si sobrevivía hasta entonces) y la muerte. Mucha gente moderna, por otra parte, está perturbada por la perspectiva de la muerte, como se ve por la cantidad de esfuerzo que pasan intentando mantener su condición física, apariencia y salud. Argumentamos que esto es debido a la falta de realización resultado del hecho de no haber puesto nunca en uso sus fuerzas físicas, nunca han atravesado el proceso de poder usando sus cuerpos de una manera seria. No es el hombre primitivo, que ha usado diariamente su cuerpo para motivos prácticos, el que teme el deterioro por la edad, sino el hombre moderno, que nunca ha tenido un uso práctico para su cuerpo más allá de andar del coche a su casa. Es el hombre cuya necesidad por el proceso de poder ha sido satisfecha durante su vida el que está mejor preparado para aceptar el final de esta.
(Theodore Kaczynski)

-¿Y qué tal los 50?
-Bien. No me siento más vieja que ayer.
-No me refería a eso. ¿Qué tal 50 años? En resumen.
-En resumen, estupendo. Cuando tienes 20 años crees que ya es lo más, y cuando llegas a los 30 ves que todavía es mejor. Y ya, en los 40, que me quiten lo bailao. Comprendes las cosas de otro modo en cada etapa.


Estoy orgulloso de que hayas sabido llevar las diferentes etapas de la vida de una forma que Kazcynski no te pueda reprobar.

Felicidades mamá.